En 1994, Jacques Chirac pidió al coleccionista y marchante Jacques Kerchache que comisariara una exposición sobre el arte de los taínos, el pueblo de las Antillas Mayores que fue engullido por la conquista española. Presentada en el Petit Palais, esta exposición dedicada a un arte poco conocido fue un éxito rotundo y marcó el inicio de un cambio en la visión que el gran público tenía del arte no occidental.

Los taïnos, en las Antillas Mayores, y los kalinagos, en las Antillas Menores, son dos sociedades indígenas que habitaban el Caribe antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1492. Estos pueblos amerindios del mar Caribe fueron los primeros en presenciar el encuentro de dos mundos, y también los primeros en sufrir la conquista europea. Aniquilados en gran parte por la colonización, la guerra y las enfermedades, aún hoy están presentes en algunas islas, como los kalinagos en Dominica y los garífunas en San Vicente, o los descendientes de los taínos en Puerto Rico. Estos primeros antillanos han dejado una gran huella y numerosos legados en las sociedades criollas contemporáneas.